El baúl de las mudanzas
La primera vez que mi abuela se mudó con nosotros trajo consigo su cama de fierro, un baúl de madera, un lavatorio de fierro enlozado, el porta lavatorio, su maleta y su bacinilla.
Esta vez vamos a hablar de su baúl, éste no era un mueble elegante, pero yo a mis 8 años lo veía grande y muchas veces calculaba que podría entrar y esconderme para sorprender a todos en la casa.
Cada vez que mi abuela salía, usualmente a misa, yo inspeccionaba que no tuviera llave, pero el candado siempre estaba cerrado.
¿Qué guardaba?
Hasta que al fin un día sucedió que se olvidó abierto el baúl y mi hermana y yo pudimos dar rienda abierta a nuestra curiosidad: sus vestidos, biblia, estampitas de las misas y las cartas de su hija que vivía en EEUU, por supuesto no leímos nada solamente queríamos saber qué había.
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